Augusto Vázquez de Novoa: “Cuando el cuerpo fluye, la mente se libera”
Luis Augusto Derna es un emprendedor, gestor en salud y escritor.
Desde hace más de 15 años lidera proyectos de medicina mutualista en Misiones con Derna Salud.
Como autor, bajo el seudónimo Augusto Vázquez de Novoa, explora la memoria, la filosofía del Karate-Do y la narrativa poética de la vida cotidiana, con publicaciones en Amazon y una obra reciente editada en papel.
Su doble faceta empresarial y literaria lo posiciona como un referente local que combina innovación en salud, disciplina marcial y pasión por la escritura.
Su último libro “1956, mi viaje en tren” (2025, edición impresa) es una novela de ficción inspirada en memorias familiares y la vida en Argentina en los años 50.
“Un tren. Un niño. Y un viaje que lo transformará para siempre. En el calor del pueblo, entre juegos con amigos, charlas en el club, lluvias tropicales y meriendas con pan casero, Luisito, un niño de diez años, inicia una travesía inolvidable hacia Asunción. Pero este no es solo un viaje entre estaciones: es un recorrido lleno de descubrimientos, encuentros familiares, emociones inesperadas y pequeñas revelaciones que, sin que él lo sepa, marcarán su alma para siempre.
Es una novela profundamente humana, contada con la voz cristalina de un niño que observa con sabiduría y ternura el mundo que lo rodea. Con una prosa íntima, llena de imágenes sensoriales, humor suave y sensibilidad, Augusto Vázquez de Novoa nos invita a redescubrir la magia de lo cotidiano, el poder de la memoria y el valor de quienes nos acompañan en cada tramo del camino.
Este libro no es solo para quienes aman viajar. Es para quienes alguna vez sintieron que un perfume, un juego o una estación podían guardar el misterio de toda una vida”, según el autor.
Sus libros:
“Donde las calles no tienen nombre, una forma de volver a casa” (2018, edición impresa y digital). Novela romántica ambientada entre Argentina y EE.UU.
“Kuro to Shiro: Curso para instructores de Karate Shotokan” (2018, edición impresa y digital).
“366: Kuro to Shiro” (2018, edición impresa y digital).
“1956, mi viaje en tren” (2025, edición impresa).
Entrevista
S: ¿Existe una pasión especial por los viajes en tren?
A: Sí, siempre. El tren tiene algo que me conecta con la idea de comunidad y de destino compartido. Como buen acuariano, me gusta observar cómo cada persona viaja con su propia historia, pero al mismo tiempo todos formamos parte de un mismo recorrido. El tren es símbolo de unión, de movimiento colectivo, y también de reflexión personal.
S: ¿Qué viajes en tren has hecho por el país?
A: Nunca viajé en tren. Hice varios viajes largos desde Misiones hasta Buenos Aires, Santa Fe, Chubut, Rio Negro, Neuquén, La Pampa, Mendoza, Entre Ríos, Chaco y otros trayectos en Córdoba durante los años que viví allí. También estuve por Paraguay, Brasil y Uruguay en vacaciones con la familia cuando era niño. Para mí esos viajes no son solo desplazamientos, son espacios donde el tiempo se detiene y me da la posibilidad de mirar hacia adentro y hacia afuera al mismo tiempo.
S: ¿Qué misterio o curiosidad recorridos de alguno de tus viajes?
A: Recuerdo una noche cuando era niño, en la que mi padre manejaba hacia Córdoba a ver a mis abuelos maternos y todos mis hermanos dormían y yo me quedé despierto mirando el paisaje por la ventana. Había una luna inmensa que parecía acompañarnos a todos lados. En ese silencio, sentí que estaba viajando no solo en el coche, sino también dentro mío. Esa sensación de estar conectado con algo más grande, con el cielo, es algo que guardo como un misterio personal.
S: En cuanto a la difusión de libros y autores en tu ciudad, ¿es muy notable o hay poca?
A: Hay talento, hay voces potentes, pero todavía falta visibilidad. Creo que estamos en un tiempo en el que las redes y los medios nos permiten llegar más lejos, y es ahí donde los escritores de ciudades del interior tenemos una oportunidad de mostrarnos. Es como en el Karate: todos tenemos la misma disciplina y pasión, pero a veces necesitamos que nos vean para que nuestro esfuerzo tenga impacto.
S: ¿Cómo superás el bloqueo al escritor?
A: Me muevo. Salgo a correr, a nadar, o voy al dojo a entrenar. El bloqueo no se rompe sentado esperando, sino poniendo el cuerpo en acción. Cuando el cuerpo fluye, la mente se libera. Esa energía después se traduce en palabras.
S: ¿Creás tus personajes recordando a alguien en especial o simplemente los inventás?
A: Ambas cosas. Algunos nacen de recuerdos, de personas que me marcaron, de gestos familiares. Otros simplemente aparecen, como si me los dictara la vida. Creo que un escritor siempre es un observador, y en mi caso, como acuariano, me gusta captar la esencia de las personas y transformarla en algo nuevo.
S: ¿De qué manera utilizás tu experiencia de vida en tu escritura?
A: De todas las maneras posibles. Mi experiencia como empresario me enseñó disciplina y visión; el Karate me dio filosofía y respeto; el deporte me enseñó resistencia y constancia; y mi familia me dio amor y motivos. Todo eso se mezcla en mis libros. Escribir, para mí, es un reflejo de lo que vivo y de lo que sueño.
S: ¿Qué crees que es lo más desafiante de la profesión de escritor?
A: La constancia. Tener la humildad de sentarse todos los días, aun sin inspiración, y escribir. También el desafío de ser auténtico en un mundo que muchas veces quiere uniformar. El escritor debe ser fiel a su voz, aunque sea diferente.
S: ¿Cómo promocionás tus obras?
A: Por redes sociales, por mi página web, en presentaciones y charlas. Pero también confío mucho en el boca a boca, en el poder de la recomendación sincera. Cada lector que conecta con lo que escribo se transforma en un puente hacia otros.
S: ¿Qué autor/autores son tus preferidos?
A; Me marcaron:
-James Fenimore Cooper con “El último de los mohicanos”.
-Robert Louis Stevenson con “La isla del tesoro”, “Secuestrado”, “El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde”.
-Gastón Leroux con “El misterio del cuarto amarillo”, “El fantasma de la ópera”.
-Ana Frank con “El diario de Ana Frank”.
-Daniel Defoe con “Robinson Crusoe”.
-Johann David Wyss con “La familia Robinson suiza”.
-Julio Verne con “Cinco semanas en globo”, “Viaje al centro de la Tierra”, “De la Tierra a la Luna”, “Los hijos del capitán Grant”, “Veinte mil leguas de viaje submarino”, “Alrededor de la Luna”, “La vuelta al mundo en ochenta días”, “El Chancellor”, “La isla misteriosa”, “La esfinge de los hielos”.
-Alexandre Dumas con “Los tres mosqueteros”, “El conde de Montecristo”.
-Mark Twain con “Las aventuras de Tom Sawyer”, “Las aventuras de Huckleberry Finn”.
-Emilio Salgari con “Sandokán”, “El corsario negro”.
De cada uno aprendí algo distinto: la magia, la profundidad y la sensibilidad contemporánea.
S: ¿Qué libro te remonta a tu infancia?
A: “Veinte mil leguas de viaje submarino” o “Las aventuras de Huckleberry Finn”. Son libros que no importa cuántas veces lo leas, siempre te muestra algo distinto. Tiene esa sabiduría sencilla que, como niño, te hace soñar, y como adulto, te hace pensar.
S: ¿Cómo se pueden conseguir tus libros?
A: En mi página https://elfaroelenamall.com y en Amazon. Y el último, “1956, mi viaje en tren” estará disponible también en librerías de Misiones y a través de contacto directo conmigo.
S: Algo que desees agregar...
A: Solo agradecer. Soy un convencido de que cada cosa que hacemos tiene que dejar una huella, ya sea en nuestra familia, en un alumno de Karate, en un lector o en un paciente al que ayudamos con la salud. La vida es movimiento, y como un buen viaje en tren, se disfruta más cuando lo compartimos.
© Colaboración de Silvia Vázquez con derechos de autor
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